Algunos errores a la hora de utilizar los anticonceptivos pueden darte una sorpresa desagradable. El uso incorrecto de los preservativos, píldoras o métodos es más habitual de lo que parece. Algunas cosas a evitar son evidentes y de sentido común, pero no está de más tenerlas en cuenta:
- Llevar el condón en la cartera. El calor lo daña y el látex se vuelve poroso.
- El preservativo tiene fecha de caducidad. Siempre tienes que comprobar que no haya caducado.
- No utilizar un preservativo en más de una ocasión.
- No lubricar los condones con sustancias derivadas del petróleo como crema de manos o vaselina. Éstas vuelven el látex poroso.
- La ‘pastilla del día después’ no tiene efecto continuo durante todo el mes. Sólo es eficaz para una ocasión y reiterar su uso no es bueno.
- Creer que las pastillas tienen un efecto muy duradero. En muchos casos las mujeres pueden tardar entre tres y seis meses en volver a ser fértiles, pero también es posible que suceda inmediatamente.
- Pensar que las píldoras anticonceptivas se pueden comenzar a tomar en cualquier momento. En la mayoría de los casos es necesario comenzar el primer día de la menstruación. Siempre consultar con el médico
- Cambiar de marca de píldoras sin supervisión médica. Al hacerlo puede exponerse a un embarazo, ya que algunas pastillas tienen dosis diferentes de hormonas y pierden su efecto en las primeras tomas.
- Creer que la efectividad de los anticonceptivos es total. Ningún método anticonceptivo puede garantizar total seguridad.
- Suponer que combinar dos métodos es infalible. Aunque aumenta la seguridad, ni siquiera en este caso se puede garantizar al 100% que no habrá embarazo.
- Afirmar que el coitus interruptus (interrumpir la penetración segundos antes de la eyaculación) es un método efectivo de planificación. El hombre antes de eyacular puede segregar un par de gotas que probablemente lleven espermatozoides y por lo tanto tienen capacidad para fecundar.
- Pensar que el dispositivo intrauterino es óptimo para cualquier mujer y puede utilizarse indefinidamente. Con el tiempo pierde su efecto, si no se revisa y cambia periódicamente es probable que ocasione daños en el sistema reproductivo y no es recomendable para mujeres jóvenes.
- Creer que en periodo de lactancia no existe posibilidad de embarazo. La lactancia retrasa la menstruación, la ovulación y la concepción después del parto, pero no se puede determinar con seguridad la duración de dicho periodo.
- Confiar en que utilizar lavados vaginales justo después de haber mantenido una relación con penetración es eficaz como método anticonceptivo. Esto no impide el ascenso de los espermatozoides hacia el útero. Además es hasta cierto punto peligroso porque puede alterar el medio natural de la vagina.
- Creer que orinar inmediatamente después de la relación impide que los espermatozoides alcancen a llegar al útero. Esto es absolutamente falso.
Estos consejos son a groso modo y evidentes, pero muchas veces se cometen estos errores. Haz las cosas bien y no te llevarás sorpresas desagradables.