El boca a boca tras un paro cardíaco no aumenta las posibilidades de supervivencia, sino todo lo contrario.
Una investigación realizada en Japón por la revista The Lancet indica que los afectados que solo reciben un masaje cardíaco tienen más posibilidades de sobrevivir sin alteraciones neurológicas.
Además, si el masaje se practica en los primeros minutos, las probabilidades de un final feliz todavía aumentan más.
El descubrimiento hará cambiar los protocolos que actualmente se enseñan en todo el mundo, pues se ha demostrado que la interrupción del masaje cardíaco para reanimar al paciente tiene un impacto más negativo que continuar con la reanimación sobre el pecho.
Con más de 4.000 casos de infarto fuera del hospital estudiados, se ha comprobado además que en un 72% de casos los testigos solo alertaron a los servicios de emergencias, un 18% se decantó por el boca a boca y el masaje y en un 11% solo se les practicó el masaje cardíaco. De estos últimos, más de la mitad de los afectados se recuperaron sin secuelas.
Por lo tanto, tras un infarto, lo mejor es aplicar al sujeto un masaje cardíaco sin el boca boca.