La preparación de una taza de té usando una bolsita de té parece algo bastante sencillo: calientas el agua y metes la bolsita durante una par de minutos. Sin embargo, hay una forma adecuada de hacerlo para cada tipo de té y del método de preparación.
La diversidad del té es grande, y su preparación variará en función del tipo. El objetivo a la hora de preparar té es alcanzar ese equilibrio entre sabor y olor que nos permita disfrutar al máximo de sus características.
En general, hay unas pautas comunes a todas las bolsitas de té:
- El agua no debe llegar a hervir, variando las temperaturas entre 50º y 80º grados en función del té
- Es mejor calentar el agua en un recipiente aparte y verterla sobre la bolsita de té donde lo beberemos. Así controlamos mejor la temperatura.
- Es preferible el agua mineral a la del grifo para que la cal no interfiera con el sabor.
- El tiempo que necesita estar cada bolsita debajo del agua varía entre 2 y 10 minutos en función del tipo de té.
- No hay que estrujar la bolsita antes de retirarla del agua. Esto desvirtúa la calidad de la infusión, ya que le da un sabor más amargo al extraer más componentes de la hoja y aumenta la cafeína disuelta en el agua.
- No es bueno meter y sacar repetidamente la bolsita del agua.

La temperatura correcta para cada tipo de té
- Té blanco: entre 71–85°C
- Té amarillo: 79°C
- Té verde: 60–88°C
- Té oolong o Té azul: 82–93°C
- Té negro: 88–93°C
- Té pu-erh o Té rojo: 93–100°C
Lo ideal es comprar un termómetro para medir la temperatura del agua o incluso disponer de una tetera con el termómetro incorporado. También es posible medir a ojo la temperatura del agua con algo de experiencia.
Tiempo de inmersión del té en el agua caliente
- Té blanco: entre 5 y 10 minutos.
- Té verde: entre 2 y 3 minutos.
- Té rojo, o semifermentados o post fermentados: 3 minutos.
- Té negro: entre 3 y 5 minutos.
- Otras infusiones: entre 5 y 10 minutos.
Dejar la bolsita durante más tiempo del recomendado puede aumentar el sabor del té y oscurecer el color de la bebida, por lo que también puede afectar al esmalte de los dientes.
La bolsita de té flota y no se sumerge
Para evitar esto lo más habitual es colocar la bolsita de té debajo de la cuchara hasta que se empape y se quede en el fondo.
Otra forma de hacerlo es empapar la bolsita de té con el agua del grifo antes de sumergirla en el agua caliente, de esta forma no flotará.
Este truco es especialmente útil si quieres calentar el agua con la bolsita de té en el microondas.